Varios estados de los EEUU proponen proyectos de ley para prohibir la transición de menores

Varias legislaturas estatales de los EEUU proponen proyectos de ley que harán ilegal el uso de hormonas bloqueadoras de pubertad y hormonas de cambio de sexo para los niños adolescentes. Ocho de ellas – las de Missouri, Florida, Illinois, Oklahoma, Colorado, Carolina del Sur, Kentucky y Dakota del Sur – introdujeron tales proyectos este año para penalizar a doctores que prescriben estos “tratamientos”.

Por ejemplo, el de Dakota del Sur impone una multa de $2.000 y hasta un año de prisión a cualquier doctor que recete estas hormonas a un niño menor de 16 años. Este miércoles, el 29 de enero de 2020, este proyecto fue aprobado en la Cámara del estado con 43 votos a favor y 23 en contra. Todavía necesita aprobación del Senado local para poder ser ley.

También legisladores en los estados de Texas, Utah y Georgia prometen proponer proyectos similares este año tan pronto empiecen sus sesiones legislativas. El estado de Nuevo Hampshire no propone penalizar doctores, pero sí propone declarar el uso de estos “tratamientos” como abuso de menores.

Como es de esperar, activistas trans han declarado guerra y caracterizan estos proyectos de ley como ataques en contra de los “niños trans”, diseñados a prohibirles tratamientos médicos “necesarios” y “salvavidas”. Ellos basan esto en la premisa de que niños con disforia de género son “más propensos a suicidarse”, cuando no existe tal evidencia y su propensión al suicidio es la misma que de los niños sin disforia. También alegan que esto es un complot de la derecha estadounidense simplemente porque los legisladores que proponen estas leyes son del Partido Republicano, aunque existen padres tanto de la izquierda demócrata como del centro político del país que están en contra de estos tratamientos.

La realidad, como ya se ha visto en la sección 7 de este blog, es que entre 60 a 90% de niños con disforia de género desistirán ya para la edad madura y lo más probable resultarán ser adultos homosexuales. Aunque los activistas trans alegan que las hormonas bloqueadoras de pubertad dan tiempo a un niño decidir si quiere seguir su transición y que son reversibles, en verdad no ocurre así. Al contrario, estas hormonas aumentan la probabilidad de que un niño siga a la próxima etapa de usar hormonas de cambio de sexo. Las hormonas bloqueadoras de pubertad causan la disfunción sexual y la infertilidad. También interrumpen el desarrollo normal de huesos y el cerebro. Además, en las niñas pueden causar cambios erráticos de carácter, aumentar la autolesión y la insatisfacción con sus cuerpos. No son reversibles porque el tiempo necesario para el desarrollo corporal y mental durante la pubertad se pierde y es difícil de recobrar, especialmente en el desarrollo óseo y pituitario.

Igualmente las hormonas de cambio de sexo tienen efectos permanentes y dañinos al cuerpo. Altas concentraciones de testosterona en las niñas pueden causar la hipertensión, las altas concentraciones de células rojas en la sangre, la disfunción del hígado, la profundización permanente de la voz y el cáncer de mama, útero y ovario. Altas concentraciones de estrógeno en los niños varones pueden aumentar los triglicéridos, el riesgo de coágulos de sangre cinco veces mayor de lo normal, el riesgo de infartos cardiacos dos veces mayor de lo normal y el riesgo de cáncer de mama masculino. Niños de ambos sexos pueden desarrollar un alto riesgo de infartos miocárdicos y enfermedades cardiovasculares.

Pero los activistas trans ven bien de llevar a un niño a la enfermedad y esterilización permanente. Esperemos que otros estados y territorios estadounidenses también sigan el ejemplo de estas legislaturas locales y busquen proteger a los niños de la ideología de identidad de género.

Para más información pueden consultar esta presentación en inglés por el endocrinólogo estadounidense Michael K. Laidlaw, quien apoya estos proyectos de ley:

Presentación del especialista estadounidense en endocrinología Michael K. Laidlaw.