Como borrar a una lesbiana: El caso de la coronel Amelia Robles Ávila

En una entrada previaMasha indicó cómo Amnistía Internacional en coordinación con organizaciones LGBT decidieron hace poco “transicionar póstumamente a tres valientes mujeres que desafiaron los roles de género de su época, al realizar trabajos reservados a hombres en las sociedades machistas en las que vivieron.” En este caso fueron la faraón Hatshepsut (1507 AC-1458 AC), Margaret Buckley también conocida como el Dr. James Barry (c. 1789-1865) y Jennie Hodgers también conocida como el soldado Albert Cashier (1843-1915).

Ahora ha ocurrido con una mujer latinoamericana. La semana pasada me enteré de este tuit:

Traducción:

Historia de la clase trabajadora


En esta fecha, el 3 de noviembre de 1889, nació el revolucionario mexicano Amelio Robles Ávila – fue asignado mujer al nacer pero más tarde vivió como hombre, e insistió en ser tratado como tal. Batalló en los rangos de Emiliano Zapata, distribuyendo armas y extorsionando dinero de compañías petroleras.

Como ven, esta mujer histórica, que fue coronel durante la Revolución Mexicana, la  identifican como “hombre asignado mujer al nacer” en este tuit. Existen algunos artículos en la redes donde los autores indican que “Amelio” era un “hombre transgénero”, pero la mayoría de las biografías dicen que se llamaba Amelia, era mujer y lesbiana. Aquí un resumen biográfico sobre su vida:

Amelia Robles Ávila nació el 3 de noviembre de 1889 en Xochipala, un pueblo pequeño en el Estado de Guerrero conocido por sus ruinas prehispánicas de la cultura olmeca. Sus padres fueron Casimiro Robles y Josefa Ávila, tuvo dos hermanos mayores: Teódulo y Prisca. Casimiro era un ranchero acomodado, propietario de 42 hectáreas con una pequeña fábrica de mezcal y, durante algún tiempo, ayudante del comisario del lugar. Desafortunadamente, él murió cuando Amelia tenía tres años y su madre se casó con Jesús Martínez, un trabajador del rancho que se dedicaba al cuido del ganado. De este matrimonio nacieron tres hermanos más: Luis, Concepción y Jesús Martínez Ávila.

Aunque Amelia realizaba tareas que se esperaban de ella por ser niña como lavar, planchar y coser, tuvo una afición por destrezas que se esperaban de los hombres como montar y domar caballos, lazar y manejar las armas. También tuvo una afición por la ordeña y le gustaba competir con los trabajadores del rancho. Su interés por manejar las armas vino del odio hacia su padrastro, quien intentó matar en dos ocasiones. Lo más probable era que su padrastro abusara de su madre, ella y sus hermanos, motivación que la llevó a querer irse de su hogar y buscar aventura y libertad en la causa revolucionaria.

Amelia Robles a los 19 años, antes de unirse al zapatismo y la revolución. Aproximadamente en el año 1910.

Después de la caída del presidente Porfirio Díaz en el 1911, Amelia tomó el puesto de tesorera de un club pro causa revolucionaria en su pueblo y asumió una comisión con el propósito de viajar al Golfo de México para obtener dinero para la causa de las empresas petroleras. Del 1913 al1918 Amelia participó en las filas de Emiliano Zapata. Ella misma se presentó al campamento más cercano a Xochipala con un grupo de hombres de su pueblo en el 1913. Durante los años de la Revolución registró en una bitácora personal 70 campañas armadas donde ella participó como coronel, aunque historiadores creen que fue más ya que su registro no incluye algunas campañas donde existe testimonio de que ella participó. No tuvo inhibiciones de tomar armas y matar a los hombres, fuera por defensa propia o por acción militar. Hasta mató a uno de su propio rango al haber sido imprudente con ella, por haberle golpeado varias veces en una pierda herida estando él borracho.

Del 1918 al 1920 colaboró en la pacificación del estado. Después de una campaña del 1924, donde le degradaron el rango de coronel a sargento por ser mujer, Amelia cambió su nombre a “Amelio” y se identificó como “el coronel Robles” o simplemente “el Señor Robles”. Es posible que Amelia tomó esta acción para exigir respeto tanto de hombres como mujeres y también para poder tener una relación abierta con su pareja Ángela Torres, originaria del pueblo de Apipilulco también en Guerrero, con quien tuvo una hija adoptiva Regula Robles Torres.

Del 1942 al 1950 fungió como representante de bienes comunales de Xochipala y se involucró en varios proyectos de desarrollo y protección ambiental en su pueblo natal. Desde los 1950 empezó a solicitar condecoración del gobierno de “Mérito Revolucionario”, pero no se le otorgó hasta el 1973. En el 1970 fue reconocida como “Veterano de la Revolución” y obtuvo ayuda económica entre los años 1974 y 1975. Desafortunadamente, no pudo obtener pensión vitalicia como veterano militar. Amelia murió el 9 de diciembre de 1984 con el deseo de que le hicieran honores por sus méritos militares y que la enterraran vestida de mujer para encomendar su alma a Dios. En el 1990, en una de las habitaciones de lo que fue su hogar, se inauguró la Casa Museo “Coronela Amelia Robles” gracias a la iniciativa de la Unidad Guerrero de Culturas Populares y el interés de su sobrino el señor Rufino Robles.

Amelia Robles con Esteban Estrada, aproximadamente en el año 1942.

Como ven, Amelia fue una mujer que retaba los roles sociales de feminidad impuestos sobre las mujeres mexicanas de su época y fue abiertamente homosexual. Es importante saber que la percepción de la homosexualidad en la época de la presidencia de Porfirio Díaz era una de odio y rechazo. Aunque el código napoleónico que México heredó de los franceses no tenía leyes en contra de la “sodomía”, la homosexualidad caía bajo las leyes de “indecencia” e “inmoralidad”. En el 1901 ocurrió una redada por parte de las autoridades mexicanas de un baile de cuarenta y un varones homosexuales (algunos vestidos de mujer) en la ciudad capital. Los periódicos de la época presentaron el evento como un gran escándalo inmoral y se llamó despectivamente “la redada de los 41 maricones”. Los castigos impuestos sobre los arrestados incluyeron el servicio comunitario y militar obligatorio. No eran castigos de tortura o de muerte, pero sí eran castigos severos por las condiciones de labor de esa época en comparación con los castigos de otros crímenes.

No muy poco después ocurrió una redada en contra de un grupo de lesbianas, pero esta no fue tan difundida en los medios y es menos conocida. En este tipo de ambiente ser abiertamente homosexual incurría riesgos y en México era común tomar roles sociales tradicionales masculinos y femeninos en las relaciones homosexuales. Es obvio que una mujer como Amelia tomara un rol tradicional varonil para poder convivir con una mujer en un pueblo rural como Xochipala a principios del siglo XX. El papel de varón no sólo le otorgaba respeto, sino también protección para poder vivir una vida abierta de acuerdo a su orientación sexual.

Ejemplar de la Gaceta Callejera, periódico mexicano a principios del siglo XX, que reseña la redada de “Los 41”.

No obstante, existen autores supuestamente “izquierdistas”, tanto socialistas como feministas, que quieren identificar a Amelia como “varón transgénero” por la mera razón de que “hay que respetar la identidad de género de las personas” y sin tomar en consideración el contexto histórico de por qué una persona quisiera tomar una identidad del sexo opuesto. Para una mujer lesbiana latinoamericana esto es una doble bofetada, porque es prácticamente hacer desaparecer una figura femenina y homosexual en la historia de Latinoamérica. Las historias oficiales de un país se escriben de forma androcéntrica (concentradas en el varón) y heterocéntrica (concentradas en la heterosexualidad). Figuras como Amelia se pierden en las historias oficiales por ser mujer y lesbiana, peor aún si ahora la nombramos “varón” para ser “inclusivo”. Es una pérdida para la joven que se sienta representada en la figura de Amelia y más aún en America Latina donde existe el machismo, la misoginia y todavía, en algunos lugares, la homofobia. Así se borra a una lesbiana: con el acto sexista y lesbofóbico de llamarla “varón” simplemente por rechazar el papel oprimente y limitante de la feminidad.

Amelia Robles en Iguala, Guerrero, en 1976.

Fuentes sobre la vida de Amelia Robles Ávila que la identifican como mujer y lesbiana:

Barraza, Ángela. “Amelia Robles Ávila, ‘el coronel’ de la Revolución”. El Ciudadano. 21 de octubre del 2014.

Cárdenas Trueba, Olga. “Amelia Robles Ávila (1889 – 1984)”. Versión electrónica de “Amelia Robles y la Revolución Zapatista en Guerrero”, en Laura Espejel López (Coordinadora). Estudios sobre el Zapatismo. Colección Biblioteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, 2000. Páginas 303 a 319.

Fuentes que la identifican como “varón transgénero”:

Cervantes, Pedro. “Amelio Robles, la coronel transgénero de la revolución”. Revolución 3.0. 5 de noviembre del 2015.

Zárate, Lydia. “Amelio Robles, el coronel transgénero de la Revolución mexicana”. La que arde. 5 de noviembre del 2014.

Fuentes sobre la homosexualidad en México:

Baltazar, Elia. “‘El baile de los 41’: La escandalosa fiesta gay que sorprendió a México a principios del siglo XX”. Infobae. 23 de junio del 2018.

Murray, Stephen O. “Mexico”. glbtq Archive. 2004/2015. (En inglés.)