Las cuatro clases de autoginefilia: Parte 3 – La autoginefilia anatómica

Uno de los argumentos más comunes en contra del concepto de la autoginefilia en los varones transexuales es: ¿Si el deseo de ser “mujer” en algunos varones se basa en la excitación erótica, por qué entonces un varón así busca la cirugía de reasignación de sexo? ¿O sea, cómo es posible que un varón quiera mutilarse los genitales quirúrgicamente, invirtiendo el pene y removiendo los testículos, por un deseo sexual? No puede ser un deseo erótico, sino un trastorno de “identidad de género”.

La primera contestación a esta pregunta es que la mayoría de varones transexuales no se hacen esta cirugía. La segunda tiene que ver mucho con la autoginefilia anatómica o de anatomía. Este tipo de autoginefilia involucra el deseo erótico de un varón por tener la anatomía de una mujer y no siempre se enfoca en solamente los senos y la vulva. Blanchard indica que ha visto casos donde un varón se enfoca en otro aspecto del cuerpo femenino como las piernas en combinación con la imposición social a las mujeres de depilarse. En estos casos el varón se depila las piernas y se imagina que es “mujer con piernas depiladas” mirándose en un espejo.

La excitación sexual por tener un “cuerpo de mujer” puede enfocarse en una parte del cuerpo específica, en tener un cuerpo de mujer en general o en combinación con la fisiología y el comportamiento, que ya he mencionado en entradas previas. En esta entrada me enfocaré en varios casos: uno enfocado en tener senos, uno en tener vagina, uno en combinación con la fisiología y comportamiento de orinar como mujer y uno en tener cuerpo de mujer en general.

Caso de querer tener senos de mujer

Este caso anónimo viene del psicólogo Anne Lawrence, el mismo “una mujer transexual autoginefílica” que es colega de Blanchard y ha escrito varios artículos sobre la autoginefilia, de un archivo de testimonios que antes existía en su página web. Ahora se pueden conseguir solo de forma archivada en el internet. Como verán en su testimonio, el deseo de tener senos de mujer fue lo que llevó a este varón a hacer una “transición” a mujer. Fue la motivación clave para ser “mujer”. 

[Mis] primeras experiencias [autoginefílicas] a los 13 años involucraba la masturbación. Estaba un poco gordo en esa época e imaginaba que tenía senos más grandes y empujaba mi pene dentro de mi cavidad corporal. Más tarde en mi adolescencia me masturbaba vestido de ropa de mujer, maquillaje y otras ayudas en lo que miraba al espejo y fantaseaba de tener un cuerpo femenino (que ya para ese momento había visto finalmente, por lo menos en libros de texto y revistas). El reconocimiento verbal de que “Soy niña” era altamente estimulante. Fui por los ciclos usuales de remordimiento y purga. No tenía novias (ni novios de hecho) en absoluto hasta que llegue a los treinta. Sublimé mi deseo sexual en actividades no-sexuales como el arte y simulacros de guerra.

En general en mi transición, la idea de cambio ha sido increíblemente excitante. Los primeros seis meses cuando mis senos estaban desarrollando fueron geniales. Miraba en el espejo y no importa cuan pequeño el cambio, me agradaba. Y en lo que podía, me masturbaba mirando mi reflejo desnudo. Eran MIS senos y encontré esto increíblemente estimulante. Una técnica habitual de masturbación era sentarme en cuclillas al frente del espejo del tocador para que mi pene no fuera visible en el espejo. Entonces me concentraba en eso en lo que me tocaba. Funcionaba y me gusta la idea de encontrar mi propio cuerpo sexy. Nunca lo fue antes cuando era más masculino. 

Lawrence, A. A. 28 narraciones sobre la autoginefilia. Número 14. 1999.

Caso de deseo sexual de tener una vagina

En algunos casos de autoginefilia anatómica existe el deseo erótico de tener una vagina. La próxima cita viene de Juno Roche, un activista transgénero británico que se considera “mujer transgénero” y ha escrito libros sobre el sexo “queer” y transgénero.

Juno Roche y su libro titulado El sexo queer: Un guía trans y no-binario a la intimidad, el placer y las relaciones.

En un ensayo personal publicado en la revista electrónica The Queerness en el 2016, Roche cuenta de su deseo erótico por tener una vagina e insiste que fue el ímpetu para hacerse una vaginoplastía de reasignación de sexo:

Nuestra vaginas son diferentes, inexploradas, creadas, quirúrgicas, mágicas, misteriosas y, con mucha frecuencia, dejadas intactas por ajenos. Pasé muchos años soñando sobre la mía, imaginando cómo se sintiera extender el brazo hacia abajo y descubrir una apertura, sentirse bien. Tuve sueños sexuales de tener una vagina desde mis años de adolescencia en adelante. 

Soñaba que una mano entraba dentro de mis calzones y encontraba una raja húmeda. Que un dedo entraba y después un falo – de plástico o real, entraba despacio y profundo y me hacía suspirar.

Seguí soñando ese sueño hasta la noche antes de la cirugía. Los mismos sueños débilmente inocentes donde mi vagina funcionara como la de cualquier mujer natal.

Mi cirujano me dijo que él la haría verse real, con una apertura vaginal, un clitoris sensitivo y labios; internos y externos. Me dijo que no podía tener sexo por lo menos tres meses.

Por cuatro días después de la cirugía no tuve sueños sexuales en lo que entraba y salía de consciencia de morfina. Solo me preguntaba como mi vagina se vería una vez quitaran el embalaje y los vendajes. La gente publica fotografías pero tienden a ser las de “mariposa”. 

“Mírame”, dicen ellas “Soy un chocho bello, fóllame.” 

Roche, Juno. “Otras tierras: El gran terreno inexplorado de la trans-vagina, en este ensayo Juno se revela.” The Queerness, 1 de agosto de 2016.

Caso de querer orinar como una mujer, combinación con fisiología y comportamiento

Este otro caso que viene de Lawrence es de un varón autoginéfilo anónimo que quería tener la anatomía de una mujer por su obsesión sexual de orinar como mujer y quedó satisfecho con la cirugía de reasignación de sexo tanto que alega tener orgasmos después de la cirugía. Esto no es poco común, ya que la cirugía involucra mantener ciertas partes del pene original para poder tener sensación sexual. Sin embargo su enfoque es en la sensación sexual de sentarse y orinar teniendo una “vagina”.

La definición de autoginefilia me describe perfectamente. Desde que era adolescente pensaba que era transexual; sin embargo, porque no cabía en la definición tradicional de transexual, pensaba por años que era un travesti. (Nunca tuve el deseo antes ni después de mi cirugía de reasignación de sexo de tener sexo con un hombre. Prefiero a una mujer como pareja.)

Vestir de ropa de mujer y hacer mi cuerpo más femenino siempre fue sexualmente excitante para mí — hasta después de la cirugía. Antes de la cirugía, durante la masturbación, fantaseaba que tenía genitales femeninos y además senos. También, fue y todavía es excitante para mí tener “funciones” de cuerpo femenino. Antes de mi cirugía, simulaba la menstruación orinando en toallas sanitarias. Disfrutaba en particular usar las toallas anticuadas con cinturón y lengüetas largas. 

También quería “tener una sentada” en el inodoro tal como una mujer. Por años usaba “arreglos” (para no tocar o dirigir mi pene) para simular la micción de una mujer. Por ejemplo, me ponía el anticuado cinturón y toalla sanitaria con la toalla interna removida de la tapa externa. La cubierta de malla aguantaba mi pene en una posición hacia abajo y producía un chorro femenino. También, anulaba a través de leotardos o pegaba con pega o con cinta mi pene en una dirección hacia abajo.

Para mí, la más grande alegría de mi cirugía es el recuerdo constante de que mi masculinidad se fue, cada vez que uso el baño. Todavía me excito al saber que mi proceso de orinar es igual que de una mujer. Un “proceso” [que involucra] las exasperaciones normales diarias, tal como la necesidad de quitarme la ropa, limpiar mi entrepierna de gotas de orín y “sobrevolar” sobre los asientos sucios de inodoros públicos. Durante orinar, poder sentir el calor de mi entrepierna cuando el orín gotea alrededor de mi meato y poder oír un ocasional “siseo” femenino y el sonido femenino particular de un chorro ampliamente turbulento tocando el agua me trae gran placer – y me confirma que soy mujer.

También, desde mi cirugía, mi ropa interior se siente más excitante. O sea, tanto como un brasier está hecho con copas para sostener los senos de mujer; un panty está hecho con una entrepierna encerrado para la uretra (corta) de una mujer. También, los corsés con sostén con entrepierna removible o rajada funcionan tal como están diseñados. Ahora, tener clítoris y vagina placenteros es excitante, hasta antes de la masturbación. Y sí, tengo orgasmos. Aunque no son tan intensos como antes de la cirugía, duran más. Pensar en mis órganos sexuales femeninos me ayuda a tener un orgasmo.

Mi deseo de vida en tener una función urinaria femenina (genitales femeninos) fue definitivamente una razón mayor para mi cirugía. Hubiera sido feliz de haber continuado viviendo “abiertamente” como un hombre, sabiendo que tenía genitales femeninos y senos (talla A) debajo de mi ropa. Sin embargo, nunca le expliqué esto a mi terapista, temiendo que él no apoyaría mi cirugía planeada. 

Lawrence, A. A. 28 narraciones sobre la autoginefilia. Número 11. 1999.

Caso de querer tener un cuerpo de mujer en general

Este último caso, también de Lawrence, refleja el deseo de “poseer” un cuerpo de mujer, aunque el varón en cuestión empezó con el deseo de tener una vagina. Él indica que se masturbaba imaginado que tenía un orificio entre el escroto y el ano y hasta llegó a “auto-cateterizarse” para sentir penetración. Después más tarde, a mediana edad, se dió  cuenta que quería tener el cuerpo de una mujer.

Hay una forma culturalmente aprobada de “poseer” un cuerpo de mujer: el sexo heterosexual. Como era imposible ser mujer, ¿podría el erotismo [heterosexual] satisfacer este deseo de “tener” un cuerpo de mujer? Traté y traté por 30 años de poseer sexualmente un cuerpo de mujer. Finalmente a los 40 tuve la realización de que en verdad quería “ser (el cuerpo de) una mujer” en vez de “tener (el cuerpo de) una mujer”. Este cambio de consciencia fue crítico. La transformación a mujer pos-quirúrgica en verdad complació la necesidad. El erotismo [heterosexual] fue un “callejón sin salida” en encontrarme. Pero pareció la única forma de “tener un cuerpo de mujer” cuando no pude “ser una mujer”. 

Ahora puedo vestir y disfrutar de la misma ropa “sexy” que había comprado para mi esposa. Mi forma de cuerpo después de hormonas is muy similar al de ella y es la forma de cuerpo que siempre me atrajo eróticamente. ¡El “cuerpo sexy” que siempre buscaba en una mujer resultó ser el mío después de la transición y cirugía! Así que me pongo mi brasier negro y mi tanga negra y me miro en el espejo. Me gusta lo que veo. Cuando me visto para el trabajo, me gusta lo que veo. Estoy en paz.

La persona que buscaba en una mujer resultó ser en verdad yo. Nunca encontré a esa persona, excepto en mí mismo. 

Lawrence, A. A. 28 narraciones sobre la autoginefilia. Número 16. 1999.

Conclusión

Después de ver estos casos, ahora se puede contestar la pregunta de por qué un varón autoginefílico quiere buscar una “transición” o hasta una cirugía de reasignación de sexo: porque tiene deseos eróticos en tener la anatomía de una mujer. Muchos quieren tener la sensación de tener senos, vagina y cuerpo de mujer. La quieren tanto que están dispuestos a deshacerse de sus genitales masculinos y reemplazarlos con femeninos. Ellos sienten que la “transición de varón a mujer” es como finalmente tener en su propio cuerpo el cuerpo de la mujer ideal que siempre les gustaba. En la próxima entrada hablaré del travestismo autoginefílico, el tipo de autoginefilia más visto y mejor conocido: el deseo erótico de un varón de vestirse de mujer.

Quiero darle las gracias a Marcus por ayudarme a conseguir la mayoría del material usado en esta entrada.


Referencias de base (En inglés):

Blanchard, Ray.

“The Concept of Autogynephilia and the Typology of Male Gender Dysphoria”, Journal of Nervous & Mental Disease, Vol. 177, No. 10, 1989, pp. 616-623.

“Clinical Observations and Systematic Studies of Autogynephilia”, Journal of Sex & Marital Therapy, Vol. 17, No. 4, Winter 1991, pp. 235-251.

“Early History of the Concept of Autogynephilia”, Archives of Sexual Behavior, Vol. 34 No. 4, August 2005, pp. 439-446.

Narraciones de autoginefilia (También en inglés):

Lawrence, A. A.

28 Narratives of Autogynephilia. 1999. Formerly from www.annelawrence.com

31 New Narratives of Autogynephilia. 1999. Formerly from www,annelawrence.com