Esta elegante y enigmática presencia corresponde a una de las personalidades más fascinantes e iconoclastas de internet: el británico John MacLean, un experto en maquillaje que cuenta con más de 600.000 seguidores en su canal de YouTube.
Con ese nombre, no puede haber ninguna duda de que John MacLean es un hombre, como se encarga él mismo de aclarar en muchos de sus videos y publicaciones de una manera fantástica:
“I am a man, I am THE man: I am John MacLean”
(“Soy un hombre, soy EL hombre: yo soy John MacLean“.)
John explica con una claridad meridiana que le gusta presentarse estéticamente con un estilo que, en esta época y en esta cultura, se asocia con lo femenino, lo cual no sólo suele resultar chocante por tratarse de un varón, sino que además se considera de inferior categoría.
Esta última afirmación es explicada en el video enlazado a continuación, de respuestas a preguntas de sus fans, donde John hace una interesantísima reflexión sobre cómo en el mundo actualmente se desprecia lo femenino por la influencia global de las culturas provenientes de las religiones abrahámicas (Judaísmo, Cristianismo e Islam), las cuales son esencialmente misóginas en sus escrituras.
En este video, además, John Maclean declara:
“I find it very reductive though, how there’s this pressumption and some cultural belief as well as slightly considered scientific belief just because you were born male you’re immediately going to have one kind of personality or interests or behaviours. I think that’s an incredibly dangerous, reductive and repressive way to deal with human beings and to categorize them.“
(“Aunque encuentro muy reduccionista que exista una presunción y cierta creencia cultural, que incluso se considera ligeramente una creencia científica, que sólo por haber nacido varón inmediatamente vas a tener una clase de personalidad o de intereses o de conductas. Creo que eso es una forma increíblemente peligrosa, reductora y represiva de tratar a los seres humanos y categorizarlos“.)
Así que John MacLean es un auténtico dinamitador de los estereotipos asociados a los sexos (la auténtica definición de género), que ha escogido liberarse de las convenciones estéticas reservadas a los hombres al presentar una imagen asociada a la feminidad.
Efectivamente, poco aprecio tiene John Maclean por el concepto de género, dando la siguiente respuesta a un tuitero impertinente que se atrevió a preguntarle cómo se “identificaba”:
De forma que, sin pretenderlo en absoluto, John Maclean se convierte en la prueba viviente de que un hombre no está obligado a identificarse como una mujer para poder tener interés en el maquillaje o para presentar una apariencia considerada socialmente como femenina.
John Maclean decidió deshacerse de su barba, tanto para adecuar su apariencia a un look más femenino (sin vello facial, como es lo habitual), como para poder maquillarse mejor.
Su rebeldía a encorsetarse es evidente en el siguiente vídeo en el que explica este proceso de depilación del vello facial, en el que nos regala unas impagables imágenes cuando muestra movimientos adecuados de afeitado con una navaja tradicional: el contraste entre su refinada apariencia femenina con la práctica que demuestra en el gesto del afeitado a navaja causa un efecto sensacional.
Con su coherente y elegante actitud, Maclean aparece como un luminoso faro que nos ayuda a combatir la oscuridad y confusión que nos trae la “doctrina de identidad de género“, de la mano de determinados transactivistas, como el inefable Alex Drummond, asesor de la organización británica Stonewall, de quien ya hemos hablado en esta web.
Recordemos que Drummond se considera mujer porque se viste con falda, a pesar de mantener una más que evidente y poblada barba (característica sexual secundaria masculina) y genitales masculinos completos (ha admitido que le aterroriza la idea de la cirugía de reasignación de género). No está de más recordar también que su pareja es una mujer.
De qué manera se distingue Alex Drummond de un hombre heterosexual sigue siendo un completo misterio.
Pero no contento únicamente con eso, se atreve a declarar que, dado que puede arreglar ciertas averías de su coche, está “ampliando el ancho de banda de la feminidad” al demostrar que las “mujeres” no tienen miedo a ensuciarse las manos con trabajo manual.
Repito, por si no hubiese quedado claro: Drummond cree demostrar en su propia persona que las mujeres podemos hacer cosas si nos lo proponemos, porque no ha encontrado ejemplos ajenos a él mismo de valentía o audacia femenina.
Dado que parece increíble que esto que estoy diciendo sea verdad, se puede comprobar por su propia declaración, en el siguiente video (publicado por la YouTuber Magdalen Berns):
John Maclean, por el contrario, reconoce la verdad:
(“Hay siempre una presunción, cuando llevas maquillaje, de que estás intentando engatusar a un hombre o engañarlo. Siempre he encontrado esto muy extraño, porque yo soy un hombre, yo soy EL hombre. No veo por qué yo debería tener la necesidad de engatusar o engañar a un hombre. Es muy extraño.“)
Muy bien dicho, John. Con un par.
Muchas gracias por tanto.